Amores idealizados

Qué complicados que son los amores idealizados, una los perfecciona, los toma como seres casi celestiales que se apoderan de nuestra mente. Nos hacen vulnerables a sus palabras, nos elevan a la décima potencia, tratándonos como si fuésemos la mejor persona que hallaron en sus vidas y peor es cuando nos creemos que es cierto o simplemente cuando sabiendo que nos están mintiendo, caemos en sus redes una y otra vez… Lloramos; pataleamos; juramos no volver a caer.
Y ahí estás ellos agazapados… Dispuestos a atacar en el momento indicado, diciéndonos lo que queremos oír, y sin querer nos encontramos una vez más “agarradas” de ese sentimiento tan cruel que nos va matando por dentro, pero que no sabemos como deshacernos de ellos porque al mismo tiempo adoramos sentirnos tan vivas cuando alguien así se cruza en nuestras vidas.
¿Acaso será que somos una especie a la cual nos gusta sufrir por amor?
¿Acaso no entendemos cuando se nos está “ultrajando” mentalmente?
¿Será que necesitamos de un ser que nos magnifique, para sentirnos plenas?
La verdad es que ignoro el por qué de nuestros comportamientos tan irracionales, cuando nos encontramos frente a un amor “eternamente” idealizado, porque cuando lo pensamos fríamente nos damos cuenta que estamos “colgadas” de un sentimiento que no nos es correspondido, que jamás vamos a lograr nada con la persona en cuestión, pero no nos importa, sabiendo que vamos a sufrir seguimos esperando una llamada, un “mensajito”, un e-mail, una señal de que nos quieren y que piensan en nosotras, para una vez más sentirnos como Reinas en sus manos, cuando en realidad no somos más que lindas marionetas que servimos para jugar un tiempo y luego somos reemplazadas.
¡Qué triste la vida de una persona que se enamoró de una ilusión!
¿Cómo cerrar una historia así? No lo sé, pero lo que sí sé, es que hay que tener cuidado y saber elegir de quien nos enamoramos, si bien es algo que no podemos manejar, es algo que podemos evitar, tratando de ser más cautelosas a la hora de dejarnos llevar por nuestros sentimientos.